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La Carga de Balaklava

Manual del perfecto Revolucionario.

Manual del perfecto Revolucionario.

Tomado, por el careto, de la Asociación Stalin Lives Forever, declarada de Utilidad Pública en Petrogrado, Ulm y  Eslovenia.

 

Kamaradas/ kamarados, miembros y miembras del Politburó...disculpad mi ausencia, pero he tenido un ligero accidente mientras sometía a tocamientos impúdicos a un animal /( sic) contrarevolucionario que se negaba a  aceptar los dogmas social estalinistas.

Hacer la revolución no está reñido con pasárselo pipa. Por ello mi siguiente misión será obtener cuantos puntos de jovialidad pueda conseguir. La  aburguesada y casposa sociedad hedionda capitalias   caerá por sus propias bajezas. El tabaco, el alcohol y el marisco dan bastantes puntos, pero nada como una buena raya de coca o una orgía putera de aúpa para elevar tu contador a cifras estratosféricas. Pero el vicio es caro y necesitarás cómplices, así que deberás cobrarte suculentas comisiones a cargo de los ERE para financiar tus actividades nocturnas y contratar chóferes joviales que te secunden en tus espectaculares francachelas. Mete la mano en la caja sin complejos para subvenir a tus necesidades: lo importante no es lo que trinques, sino que no te pillen.Em palma..do o donde sea, que  la ubicuidad es parte de nuestro juego dmeocrático.

Y aquí entran en juego tus enemigos. Magistrados opusitas y periodistas a sueldo de la caverna reaccionaria intentarán ensuciar tu nombre asociándote a diversas conductas delictivas. Ignora olímpicamente tales acusaciones, que jamás se ha visto que un representante del Pueblo acate, ni por asomo, las normas represivas burguesas del Código Penal vigente.

Si por azar eres detenido, utiliza tus influencias para que tu caso pase al juzgado de algún juez progresista que te liberará inmediatamente, además de procesar a los policías fascistas que han osado ponerte la mano encima. Pero si tienes la desgracia de caer en un juzgado meapilas y reaccionario, podrás utilizar tus puntos de jovialidad para activar el comodín de Garzonov, que acudirá raudo a defenderte contra viento y marea. Si aún así acabas en la cárcel, recuerda, camarada, que ni se te ocurra quebrantar la omertá socialista: podrías resbalarte con una pastilla de jabón y romperte la crisma.

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