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La Carga de Balaklava

Aproximacion farmacoeconómica para disminuir el Gasto Sanitario

Aproximacion  farmacoeconómica para disminuir el Gasto Sanitario
Medicina AlternativaRespirar lo cura todo.
Efectivamente, tras arduos y ardorosos esfuerzos mentales, minutos de duro trabajo y algún que otro rato muerto, yo,  he hecho este fabuloso descubrimiento. Durante siglos y tal vez conjuntos de diez siglos (milenios que nos gusta llamar los que dominamos los lenguajes herméticos de los cátaros y los tupperware), la Humanidad ha intentado luchar contra el dolor y la enfermedad empleando para ello los más variopintos y, por qué no decirlo, ineficaces remedios: ungüentos, pócimas, hierbas curativas, emplastos, sangrías, penicilinas y tomografías y doygrafías. Y por no hablar de la cruel cirugía. ¿Pero cómo se puede pens ar que cortar, pinchar, coser y otras semejantes agresiones puedan curar? Que mala es la ignorancia, la ignominia y la ignosis tríptica.
Pero no quiero alargar la introducción ni hacer esperar en temas tan importantes al conjunto de la Humanidad. He descubierto el auténtico bálsamo de Fierabrás, el remedio definitivo contra todo mal: RESPIRAR. Sí, tal como suena. Algo que parece tan obvio, ha permanecido oculto a los ojos de todos aquellos galenos y médicos que tanto presumían de sus estudios y conocimientos. Porque una detallada observación nos revela que los muertos no respiran y que aquellos enfermos que dejan de respirar fallecen, mientras que un 100% de los enfermos que recuperan la salud siguen respirando. Datos estadísticos como que un 100% de los enfermos que se curan siguen respirando y un 100% de los que fallecen dejan de hacerlo no admiten discusión. Y todavía habrá algún recalcitrante doctor con su título dado por alguna universidad que me niegue tal hecho con tal de seguir viviendo de la sopa boba de recetar pastillas de colores echas con polvos de talco (algún día hablaré del gran fraude de la farmacopéa). Por otro lado no me llamaría a mi mismo investigador si no hablase de los aparatos de “respiración asistida” que ya funcionan. Cuando un médico acude a estos aparatos, ¿es porque aunque no sabe el por qué, lo utiliza ya que funciona? ¿o sí está en posesión de este conocimiento de la infabilidad de respirar y lo oculta? En este último caso, estamos ante una gran felonía que atenta contra todos los pacientes (e incluso algún impaciente) y reclamo a las Autoridades Sanitarias que tomen enérgicas medidas a parte de advertir que el tabaco es perjudicial para la salud, mensaje con el que cínicamente se publicitan en las cajetillas de tabaco. 

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